Domingo 07 de Junio a las 7:00 de la mañana, donde se puede estar mejor que en la cama? Pues efectivamente, preparándonos para una nueva cita con la media maratón. Esta vez compartíamos cartel con los Maratonianos, autenticas bestias que se entrecruzaban en nuestro camino aunque eso sí, con la gran diferencia de que nuestra parada llegaría mucho antes que la de ellos.
Eran las 9:00 de la mañana y alrededor de 800 participantes estábamos preparados para tomar la salida, como siempre cierta incertidumbre por el lío de los ritmos iniciales hasta que cada cuerpo nos va colocando en el grupo adecuado, como si estuviera programado ya desde el principio lo que nos toca a cada uno. “este es el nuestro” me dice Paco mi compañero, habíamos encontrado a nuestra pareja de baile, eran 4 o 5 corredores asturianos y alguno más que también se unió.
No teníamos el mismo objetivo ya que ellos venían para competir por la maratón, pero su ritmo nos venia muy bien a todos, fueron tirando del grupo todo el rato clavando los tiempos a cada kilómetro que pasábamos.
No hubo incidentes, salvo una caída del gel que me hizo dar la vuelta para recogerlo unos metros, lo demás fue todo como la seda, ninguna molestia, ni respiración descompasada, ni el famoso “Muro”.
A 3 km de la meta decidimos salir del cascarón en el que estábamos tan cómodos y viendo que aún quedaba combustible forzamos la máquina para poder dejar el crono en un meritorio 1:44:11.
Otra vez bajando de 1:45:00 en apenas 7 días entre una y otra. Contento con el resultado, pero sobre todo con saber que mereció la pena poder disfrutar del ambiente en las calles de Laredo llenas de locos madrugadores como nosotros, haciendo honor al dicho popular de “A quien madruga dios le ayuda.” En nuestro caso dios se vistió de Asturiano y nos guió para hacer un buen tiempo. ¡PUXA ASTURIES!